Solemos pensar en implementar la monitorización de la salud estructural de un edificio a raíz de que éste haya sufrido algún tipo de accidente o si padece alguna patología estructural.
No es un planteamiento equivocado, sin embargo la monitorización ideal comienza en la fase de ejecución de la obra integrando directamente sensores en la estructura.
¿Por qué? Porque de esta manera puede medirse una posible desviación sobre lo proyectado y conocer el estado final de los materiales y estado de la estructura.
También es una forma, además de las inspecciones visuales, de cumplir el requisito sobre Seguridad Estructural del CTE que consiste en asegurar que la edificación tenga un comportamiento adecuado frente a las acciones e influencias previsibles a las que pueda estar sometido durante su construcción y uso previsto.
Actualmente existen sensores para poder medir todo tipo de variables que ayuden a evaluar la salud de un edificio y transmitirlas a un centro de control que genere alarmas en tiempo real en caso de detectar valores anómalos.
Contar con sistemas de monitorización estructural integrados en una edificación supone aportar un valor añadido ya que la convierten en una estructura inteligente situada a la vanguardia de la construcción moderna.
Algunos de los factores que resultan de mayor interés en relación al estado de salud de una estructura son:
Monitorización significa prevención. Una pequeña inversión en el momento de la obra significa un ahorro muy superior en el futuro.
En Ingenieros Asesores ponemos a su disposición toda nuestra experiencia en estos campos y te invitamos a que nos consulte sin compromiso.