Uno de los errores más comunes y que ocasionan un gasto económico innecesario es elegir una tarifa eléctrica no acorde a nuestras necesidades.
Podemos diferenciar la factura eléctrica en cuatro partes: Potencia contratada, consumo de energía, impuestos y otros conceptos. Por ello si queremos disminuir el total de la facturación debemos incidir especialmente en los dos primeros.
Cuando queremos elegir una tarifa de acceso al suministro eléctrico debemos elegir un término de potencia en función de la potencia máxima que estimamos que podemos llegar a demandar en un momento determinado. Si nos quedamos cortos al elegir el ICP (Interruptor de Control de Potencia) de nuestra instalación nos cortará el suministro cada vez que sobrepasemos el límite contratado y si contratamos un término de potencia demasiado elevado estaremos pagando un coste fijo demasiado alto por un servicio que nunca vamos a demandar.
Una de las tarifas más común para el uso de pequeñas industrias, comercios y algún tipo de edificios es la Tarifa de Acceso 3.0A. Se trata de un suministro en BT (Baja Tensión) para una potencia superior a 15kW. Además cuenta con una discriminación horaria de tres periodos (punta, llano y valle) a lo largo del día, es decir, que en función de la hora a la que consumamos energía ésta nos puede salir más cara o más barata.
En la tarifa 3.0A la potencia demandada se registra mediante maxímetros que van promediando nuestro consumo, de manera que dependiendo de si nos quedamos cortos o nos pasamos la compañía eléctrica nos facturará de la siguiente manera (a grandes rasgos):
Así que con esta tarifa podemos disfrutar de una compensación por bajo consumo pero por el contrario también podemos sufrir una penalización por consumir más de lo que tenemos contratado.
Cuando nos planteamos un plan de ahorro energético es útil diferenciar tres líneas de actuación básicas:
Lo más común en usuarios de la tarifa 3.0A de pequeños negocios es encontrar los mayores índices de consumo en la energía demandada por equipamientos de cocina, climatización e iluminación por ese orden.
El primer punto en el que deberíamos incidir es en los hábitos de consumo eléctrico de los usuarios para evitar prácticas poco eficientes o de derroche energético. También es conveniente plantearse invertir en equipamientos modernos de alta eficiencia energética, diseñar una climatización inteligente del local (por ejemplo de manera zonificada), aprovechar las ventajas de los nuevos métodos de iluminación de bajo consumo…
En el caso de orientar el ajuste a edificios los campos de acción son más amplios y previamente debería hacerse un estudio para evaluar cuales serían las líneas de acción más interesantes a tratar. A modo de ejemplo las líneas de actuación típicas son:
En cualquiera de estos casos en Ingenieros Asesores de Construcción S.L. estaremos encantados de ayudarle a diseñar un proyecto que se ajuste de la mejor manera a las características del negocio o edificio para adaptarlo al siglo XXI.