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Reparación, refuerzo y protección del hormigón

Edificación y construcción
Publicado el 5 Diciembre 2017
Reparación, refuerzo y protección del hormigón

El hormigón es uno de los elementos más fuertes de una estructura con unas propiedades de resistencia a esfuerzos mecánicos y durabilidad extraordinarias. Sin embargo está destinado a sufrir un deterioro a causa de diversas variables como errores en el proyecto, una mala ejecución de la obra, agresiones externas o patologías.

Tarde o temprano toda estructura de hormigón desarrolla una o varias patologías que, entre otras cosas, causan desperfectos como grietas y fisuras que aceleran el declive del material. Las patologías del hormigón son algo inherente a su ciclo de vida y sólo un diagnóstico acertado y una intervención a tiempo pueden garantizar una correcta recuperación y mantener una durabilidad de incluso más de cien años.

La manera de garantizar la durabilidad del material y la estructura pasa por contar con un plan de mantenimiento en el que se recoja una política de inspecciones técnicas periódicas que presten especial atención a señales de patologías incipientes que denoten daños o defectos en el hormigón.

Algunas señales a las que se debe prestar especial atención son:

  • Desconchados, fisuras y grietas.
  • Señales de óxido y corrosión.
  • Desprendimiento del revestimiento en pilares, vigas y forjados.
  • Pérdida de horizontalidad en vigas y forjados.
  • Pérdida de verticalidad o desplome de pilares.

El hormigón, elemento presente en la Obra Civil

Tan importante como detectar los síntomas de un problema a tiempo es realizar un diagnóstico acertado de la patología de manera que se puedan implementar las medidas correctivas más adecuadas para la reparación de la estructura que consigan solucionar el problema de la manera más rápida y eficaz posible.

Las patologías más comunes que afectan al hormigón endurecido son de origen químico. Se trata de los fenómenos de la Carbonatación y la Aluminosis. Realmente no representan una patología en sí, en el sentido de que ambos son procesos naturales que a lo largo de la vida del material pueden agravarse con ayuda de otros factores convirtiéndose, esta vez sí, en patologías que requieran un proyecto de ingeniería de rehabilitación para evitar males mayores.

  • Hablamos de Aluminosis cuando se empela en la confección del hormigón cemento aluminoso. Bajo determinadas condiciones de temperatura y humedad, el aluminato se convierte a una fase químicamente más estable, proceso cuyas consecuencias principales son la bajada de la resistencia y el aumento de la porosidad, además del descenso del pH con el consiguiente riesgo de corrosión de las armaduras.
  • La Carbonatación se produce cuando el CO2 del ambiente reacciona con el hidróxido de calcio de la mezcla para formar carbonato de calcio. La consecuencia es la bajada del pH y la corrosión de las armaduras metálicas.

En Ingenieros Asesores somos expertos en patologías de la construcción y además estamos integrados en ARPHO (Asociación de Reparación Refuerzo y Protección del Hormigón). Por eso somos los más indicados para asesorarle desde la fase de proyecto y garantizar una larga vida a la edificación.

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