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¿Cómo se hace el mantenimiento de una estructura metálica?

Mantenimiento estructural
Publicado el 3 Marzo 2022
¿Cómo se hace el mantenimiento de una estructura metálica?

Llevar a cabo un correcto mantenimiento de una estructura metálica es fundamental para alargar su vida útil y prevenir fallas o daños. A pesar de que las estructuras metálicas ofrecen gran resistencia y flexibilidad, razón por la que se utilizan tanto en obra civil, también son propensas a sufrir desgates debido a condiciones externas o usos y esfuerzos no debidos, algo que puede derivar en la manifestación de patologías que pueden afectar a su durabilidad.

¿Cuáles son las revisiones fundamentales para el cuidado y mantenimiento de estructuras metálicas?

El paso de mantenimiento de una estructura metálica más básico es la inspección. Se recomienda realizar una inspección dos veces al año y también siempre que se lleve a cabo algún trabajo de renovación, construcción adicional o después de la acción intensa de un evento climático. Lo ideal es establecer un programa de mantenimiento regular. La mejor forma de garantizar el mantenimiento y la durabilidad de las estructuras metálicas es a través de ensayos no destructivos como los siguientes.

Tintas de penetración

La inspección por tintas de penetración es un procedimiento de tipo físico-químico que permite detectar y evaluar posibles discontinuidades presentes en la superficie de la estructura metálica. Con este ensayo se pueden analizar grietas, costuras, porosidades…y se puede aplicar en todo tipo de aleaciones metálicas: fundiciones de acero, aluminio, titanio, etc…

Los tintes penetrantes utilizados se filtran a través de las discontinuidades que presentan las infraestructuras basándose en la acción capilar. Existen varios tipos de líquidos penetrantes y desde el punto de vista del color pueden ser visibles a la luz natural o fluorescentes (se requiere una lámpara de luz ultravioleta para examinar las muestras).

Ultrasonidos

Estructuras metálicas como tanques, tolvas y silos son muy propensos a sufrir corrosión, una patología que muchas veces no es posible detectar a través de inspecciones visuales. Los ensayos por ultrasonidos son un método no destructivo muy eficaz para realizar inspecciones y sirve principalmente para detectar la presencia de posibles discontinuidades tanto superficiales como interiores.

Para ello se utiliza la reflexión de las ondas acústicas con el fin de observar su comportamiento. De esta forma se podrá identificar la presencia o no de las posibles discontinuidades, así como su ubicación exacta. Aunque el método más tradicional de ensayo por ultrasonido es el uso de un transductor de mano o palpador, en el mercado existen equipos de ultrasonido más avanzados que emplean el método pulso-eco o Phased Array.

Radiografía industrial

Los ensayos de radiografía industrial son un método de inspección no destructivo que utiliza radiaciones para comprobar la condición interna de una estructura. Para ello se proyectan haces de radiación electromagnética ionizante, los cuales pueden ser de rayos x o de rayos gamma. La naturaleza penetrante de la radiación genera una imagen clara de cualquier daño o falla en la estructura interna del material.

reparacion estructura metalica oxidada

Principales daños en estructuras metálicas

Las estructuras metálicas están expuestas a la acción de agentes externos, los cuales con el paso del tiempo pueden desencadenar patologías como:

  • Corrosión: uno de los daños más habituales en estructuras metálicas y que puede mermar la resistencia de la misma.
  • Fatiga: sucede cuando se someten elementos de la estructura a tensiones iguales o menores a las que se habían calculado inicialmente en el proyecto.
  • Abrasión: suele venir acompañado de la corrosión y se manifiesta en partes móviles en contacto o sometidas a la acción de fluidos.
  • Holguras en uniones: muy peligrosas porque deforman la estructura y someten a la misma a fuertes tensiones que derivan en roturas por fatiga de los elementos.
  • Impactos y sobrecargas accidentales.

Conservación

Para evitar la degradación de las estructuras mecánicas se pueden llevar a cabo varios tratamientos de conservación y protección para aislar su superficie con técnicas como:

  • Pinturas: existe una amplia oferta de pinturas especiales para proteger estructuras metálicas. Su función es inhibir el proceso de corrosión y aislar el metal de cualquier agente climático u otros factores que pudieran degradar la superficie. En este sentido, la pintura funciona como barrera protectora.
  • Proceso de galvanizado: se trata de otro sistema de protección del acero frente a la corrosión. Este procedimiento se basa en el empleo de baños de zinc fundido que recubren la totalidad de la estructura metálica y la protegen de la corrosión y de la abrasión, además de potenciar su fortaleza mecánica a los golpes.
  • Protección catódica: una técnica que previene la corrosión en estructuras metálicas. Consiste en la conversión de áreas activas de una superficie metálica en pasivas. El método más simple para aplicarlo es conectando la estructura a proteger con otro metal que se corroe más fácilmente con el fin de que se comporte como ánodo. Zinc, aluminio y magnesio suelen ser los metales más utilizados como ánodos para proteger estructuras en acero o hierro.

Mantenimiento de la estructura metálica

Lo más importante para garantizar la correcta conservación de una estructura metálica es llevar a cabo un buen mantenimiento:

  • Nunca realizar trabajos de soldadura o añadir elementos adicionales que puedan mermar la resistencia o modificar el estado de las cargas.
  • Prevenir fugas que puedan ocasionar oxidaciones en las superficies.
  • Mantener siempre limpias las estructuras para favorecer su durabilidad.
  • No exceder las cargas proyectadas para la estructura. En la documentación técnica es donde figuran los cálculos de cargas de soportes y vigas.
  • En caso de detectar la presencia de fisuras, contactar con profesionales especializados en patologías estructurales.

Por lo tanto, el mantenimiento de una estructura metálica es fundamental para alargar lo máximo posible su vida útil y evitar que aparezcan daños o fallas que puedan degradar su capacidad portante. Lo ideal es llevar a cabo un programa de inspecciones periódicas que tenga bien definidos los principales puntos de control y, en caso de que fuera necesario, se desarrollarían planes de acción correctivos.

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