El Real Decreto 470/2021, de 29 de junio, por el que se aprueba el Código Estructural, es el nuevo marco reglamentario por el que se establecen las exigencias que deben cumplir las estructuras de hormigón, las de acero y las mixtas hormigón-acero para satisfacer los requisitos de seguridad estructural. Estas exigencias deben cumplirse tanto en el proyecto como en la construcción de las estructuras, así como en su mantenimiento. Además, también se dan criterios para la gestión de las estructuras existentes durante su vida útil.
A partir de la entrada en servicio de la estructura, la propiedad debe programar y efectuar las actividades de mantenimiento que se indican en el nuevo Código Estructural, de forma coherente con los criterios adoptados en el proyecto. Las actividades de mantenimiento deben ser realizadas por personal con la formación y los medios adecuados. La propiedad tiene la responsabilidad de organizar las tareas de mantenimiento para disponer siempre de una información con relación al nivel de prestaciones de la estructura.
En el proyecto, ya sea de obra nueva o de reparación o refuerzo de una estructura existente, se debe incluir un plan de mantenimiento de un edificio que plasme la estrategia de mantenimiento:
El plan de mantenimiento debe contener los siguientes puntos:
La actividad de mantenimiento ocupa la práctica totalidad del ciclo vital de una estructura, por ello es muy importante que el plan de mantenimiento incluya una valoración aproximada de las actividades que contempla. La realización de esta estimación durante el proyecto tiene gran importancia, pues puede llevar a reconsiderar aspectos y detalles del proyecto que puedan suponer costes de mantenimiento elevados durante la vida útil de la estructura.
La inspección principal de una estructura es el conjunto de actividades técnicas, realizadas de acuerdo con un plan previo, que permite detectar los daños que exhibe la estructura, sus condiciones de funcionalidad, durabilidad y seguridad del usuario e, incluso, estimar su comportamiento futuro. Esta tarea requiere de técnicos con formación, medios y experiencia acreditados, como con los que cuenta Ingenieros Asesores.
El proceso se inicia con la realización de una primera inspección principal, inicial o de «estado 0». A partir de entonces se efectúan sucesivas inspecciones que darán cuenta de la evolución del estado de la estructura. Valorado el estado de la estructura y su velocidad de deterioro, debe especificarse si ha de emprenderse una inspección especial o si puede esperarse a la siguiente inspección principal programada de acuerdo con el protocolo establecido por el autor del proyecto o, en su caso, por la propiedad. La frecuencia de realización de inspecciones será definida por el autor del proyecto en el correspondiente plan de mantenimiento y no será inferior a la establecida por la propiedad.
Las incidencias surgidas durante la construcción, así como los eventuales fallos de diseño detectados, serán recogidos en una revisión del plan de inspección y mantenimiento del proyecto que se redactará al concluirse la ejecución de los trabajos, tanto si son de obra nueva como de reparación o refuerzo. El plan de inspección y mantenimiento redactado tras el fin de obra deberá ser puesto a disposición del responsable de la explotación de la estructura. A partir de este plan de mantenimiento, que sustituye al del proyecto, la propiedad será responsable de elaborar el programa de mantenimiento.
La evaluación estructural de una construcción existente se realizará, normalmente, mediante una verificación cuantitativa de su capacidad portante y, en su caso, de su aptitud al servicio, teniendo en cuenta los procesos de deterioro posibles. Para ello, puede adoptarse un procedimiento de evaluación por fases que tenga en cuenta las condiciones actuales de la construcción, definiendo cada una de las fases en función de las circunstancias y condiciones específicas de la misma, tales como la disponibilidad del proyecto original, la observación de daños estructurales, el uso de la estructura y de los objetivos de la evaluación.
En cada una de las fases se incrementa la precisión de las hipótesis para la evaluación, así como el grado de detalle de los métodos de análisis respecto de la fase anterior.
El procedimiento práctico operativo tiene los siguientes niveles de análisis:
La «validación cualitativa» que aparece en el organigrama de la figura se refiere solo al caso de algunas construcciones para las que no existen procedimientos sancionados para el análisis estructural cuantitativo, no se requieren incrementos de prestaciones y han exhibido un comportamiento previo positivo.
Puede considerarse que una estructura presenta una capacidad portante adecuada si se cumplen simultáneamente las siguientes condiciones:
Podrá considerarse que una estructura es apta para el servicio, si se cumplen simultáneamente las siguientes condiciones:
Ingenieros Asesores posee una dilatada trayectoria profesional en la implantación de planes de mantenimiento en estructuras nuevas o ya existentes mediante la programación de inspecciones, estudios y ensayos con el objetivo de conservarlas en las mejores condiciones y alargar su vida útil.