Una de las principales aplicaciones de la termografía son las auditorías energéticas, es decir, la detección del comportamiento térmico de un edificio o vivienda para ofrecer alternativas de mejora en su eficiencia energética.
La termografía es un procedimiento que permite obtener información sobre la temperatura de un objeto a distancia sin necesitar el contacto físico con el mismo. Consiste en la detección de la radiación infrarroja del espectro electromagnético, mediante cámaras que transforman la energía radiada, en forma de calor, en información sobre la temperatura de dichos elementos.
La termografía se utiliza principalmente para detectar los problemas del comportamiento de las estructuras frente a la energía, tales como fugas de calor o fugas de aire. Así, la información que aporta puede ser vital para determinar las obras que han de hacerse para rehabilitar un edificio o mejorar su eficiencia energética.
La termografía en edificios se establece así como una herramienta fiable que permite localizar aquellos puntos débiles tanto en el interior como en el exterior de los edificios. A través de una cámara termográfica infrarroja, también forma parte del proceso de ensayos con materiales, determinando así su idoneidad para formar parte de una estructura.
De manera indirecta, gracias a la termografía se pueden detectar más problemas de eficiencia energética de un edificio, además de los relacionados con el calor.
La cámara termográfica es un instrumento de medida portátil capaz de medir la radiación infrarroja de un objeto. Además, permite saber de dónde procede esta radiación, ya que provee una imagen con distintos colores que indican distintos tipos de radiación infrarroja dependiendo de su longitud de onda. Unas proceden de la energía que irradia un objeto, y las otras de la energía que es reflejada. Ambos datos son de interés para los elementos que se pretenden estudiar en una auditoría energética.
Para leer correctamente estos datos, se requiere que el técnico posicione correctamente la cámara de termografía infrarroja y tenga los conocimientos adecuados para interpretar las imágenes.
En resumen, con la termografía es posible obtener datos reales sobre el estado y la existencia de posibles patologías de los elementos constructivos del edificio, contribuyendo así a un mantenimiento predictivo de las estructuras. Además también podemos obtener información sobre patrones, comportamientos y anomalías térmicas. Y por último, mediante la termografía se puede realizar una evaluación en tiempo real durante la recogida de información con la cámara.