La crisis económica que ha azotado el país durante estos años ha dejado un escenario en el cual se encuentran numerosas obras que por diversos problemas, principalmente de índole económica, han quedado detenidas en alguna fase de su construcción. En algunos casos en su fase de proyecto con todo el trabajo de edificación por delante.
La incipiente recuperación está dando lugar a que bancos y empresas estén aventurándose a comprar y financiar estas construcciones detenidas en el tiempo para intentar llevarlas a buen fin.
El problema para estos nuevos dueños de la obra radica en que no son técnicamente empresas del ámbito de la construcción con lo que necesitan contratar a una empresa que ejecute los trabajos y a su vez necesitan a un supervisor que les informe sobre el estado inicial de la obra y garantice que los trabajos cumplen el ritmo y la calidad deseadas hasta su finalización.
Es aquí donde la aparece la figura del Controller de Obra. Podríamos definirlo como un auditor técnico que asesora al dueño de la obra. Su campo de trabajo se divide en tres grandes apartados:
Salta a la vista que las características de un buen Controller de Obra han de ser la capacidad de organización, la previsión de las posibles dificultades que puedan surgir, la capacidad de resolución de problemas de la manera más eficiente y contar con un buen criterio técnico.
El Controller de Obra, por tanto, es una figura similar al tradicional Supervisor de Obra. Hace la función de ojos y oídos del dueño del proyecto en un contexto en el que este propietario se limita a gestionar la financiación del activo.
La experiencia es sin duda un valor añadido que complementa y refuerza las características anteriores para llevar a cabo una buena labor de monitorización del trabajo. Por eso confiar en Ingenieros Asesores para desempeñar la función de Controller de Obra es sin duda una apuesta ganadora.