Los fenómenos meteorológicos adversos que acompañan principalmente a los meses de invierno suelen ser la principal causa de desperfectos en tejados, techumbres y cubiertas de edificaciones. Estos desperfectos son los desencadenantes de diversas patologías que acelerarán el deterioro y mermarán notablemente la durabilidad de la cubierta y por extensión del resto de la estructura.
Sin embargo la exposición a la intemperie no es la única causa de degradación de un tejado. Otros factores como un proyecto inadecuado o una mala ejecución de la obra, así como no llevar un programa de mantenimiento desembocarán en la necesidad de realizar costosas reparaciones de manera prematura.
Conviene recordar que cuando una cubierta sufre una degradación o lesión ésta suele conllevar una pérdida de estanqueidad que significa filtraciones de agua al interior del edificio y la posterior aparición de humedades. La detección de alguna o todas estas irregularidades son causa de un Informe de Evaluación de Edificios con resultado desfavorable, una razón más a tener en cuenta para mantener cubiertas y cerramientos en el mejor estado posible.
El mantenimiento de un tejado o cubierta debe realizarse como mínimo una vez al año, preferiblemente durante la temporada estival con el fin de garantizar el buen tiempo meteorológico durante la actuación, evaluar el estado de la techumbre después del invierno y tener tiempo para realizar reparaciones antes de una nueva llegada de la temporada invernal.
Salvo condiciones especiales de edificaciones particulares, los puntos generales que debe contemplar un plan de conservación y mantenimiento de un tejado son:
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